No es usted más vasca que yo
Señora Biurrun: Nací en Barakaldo (entonces Baracaldo), territorio de Bizkaia (entonces Vizcaya) en el año 1941. En aquella época el alcalde era José María Llaneza, el gobernador civil, Genaro Riestra, dos personajes dignos de estudio. Si desconoce quiénes eran estos señores, por favor, infórmese. Mis aitas hablaban euskera mejor que castellano. Aita fue denunciado y multado porque su hijo mayor (Iker) le llamó aita.
Personalmente, he iniciado mis estudios de euskera en seis o siete periodos de mi vida, pero mis obligaciones familiares (cuatro hijos, que comían todos los días) y -por qué no decirlo- mi incapacidad para aprender idiomas, no me permitió pasar del ni naiz, zu zara...
No obstante, aposté por el euskera a través de mis hijos. Los envié a la ikastola de Getxo, cuando todavía no se sabía el final de aquella aventura (hoy, euskaldunes, así como sus hijos).
Por cierto, el local donde empezaron se inundaba cuando caían tres gotas. Me tocó presidir unos años la junta de padres. ¡Qué gran junta y qué grandes madres y padres! Un abrazo para ellos.
Por cierto, la mayoría no hablaban ni hablan euskera, pero no se me ocurre poner en duda su vasquidad, abertzalismo incluso por encima de su origen. Un recuerdo para Ángel y un abrazo para Arturo.
En fin, señora Biurrun, le podía hablar de mis treinta y dos apellidos que conozco, pero no merece la pena.
Le felicito porque habla euskera, aunque no tiene ningún mérito, casi seguro que nació hablándolo, pero le aseguro que no es más vasca que yo.