Víctimas del terrorismo

Esta semana pasada, acaudillada (nunca mejor dicho) por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, recorrió las calles de Madrid una manifestación multitudinaria. A mí me pareció normal semejante desfile. Todos los que han sido víctimas de cualquier clase de terrorismo es lógico que se manifiesten para que su sacrificio sea tenido en cuenta, se trate de acompañarles en su dolor y sean sus males reparados en cuanto sea posible.

Pero vi algo que me hizo dudar de la sinceridad de aquella manifestación. Me pareció que, más que el reconocimiento de su justo dolor, lo que pedían era venganza. Que reclamaban el mayor rigor posible, ignorando las leyes si fuera necesario, para castigar a los culpables de su dolor. Quedé defraudado.

Pero ¿qué es lo que vi? Vi una pancarta en la que se podía leer: F. E. y de las JONS. Y yo me pregunto: ¿Es que ahora nos va a pedir Justicia la Falange. Esa banda, todavía incomprensiblemente legal, en cuya conciencia pesan más asesinatos que en cualquier otra del Estado? ¿Quién, quitando al Caudillo, que asesinó hasta en los últimos días de su vida, puede ser reo de más asesinatos? Que las víctimas de los asesinatos de ETA, si quieren que se les escuche, busquen compañías más limpias; si no, poco conseguirán de aquello que con razón reclaman.