Reflexiones para el baloncesto vizcaino
Desde el dolor por no poder ascender a la Liga EBA por motivos económicos, nos vemos en la necesidad de hacer públicas una serie de reflexiones para el baloncesto vizcaino. Nos resulta duro decirlo, pero es así. El Bidegintza no está en EBA porque no hemos conseguido los fondos necesarios. Hemos leído con motivo del ascenso de Zornotza y Tabirako calificar de semiprofesional la Liga EBA. La A de EBA le da el apellido de amateur o aficionada a dicha categoría, un recordatorio que viene a cuento del disparo de los presupuestos a cantidades insalvables para clubes modestos como el nuestro.
Cuando reunimos a los jugadores para celebrar el campeonato, ya les pusimos condiciones para el acceso a la nueva categoría. Condicionábamos el mismo a cubrir exclusivamente los gastos imprescindibles y dejábamos al albur de los colaboradores algún tipo de primas por los resultados obtenidos. A algún jugador le oímos decir que incluso estaba dispuesto a pagar sus gastos por jugar en EBA con su club, el Bidegintza.
Este tipo de cosas te indignan cuando lees que La Diputación de Bizkaia financiará con 1.900.000 euros al Bilbao Basket. Nosotros sólo necesitábamos 50.000. ¿Dónde queda la promoción del deporte entre los más jóvenes? El referente del baloncesto encartado vuelve a Regional porque no ha logrado los fondos necesarios. Los directivos hemos dimitido porque no podemos mirar a la cara a nuestros jugadores y decirles que no pueden pasar de ciertas categorías por falta de financiación.
Seguimos sin entender a las instituciones (todas) que son capaces de financiar grandes eventos con elevadísimas sumas de dinero y no disponen de unas migajas para el deporte base. Las motos de pilotos que incluso no son de Bizkaia llevan el logo de Bizkaia. Nos gustaría saber cuál es el costo de dicha propaganda. Se dedica mucho dinero a vender la marca: ¿tan rentable es? ¿No lo es más la promoción del deporte desde los clubes donde trabaja mucha gente desinteresadamente? Hacemos el trabajo de los departamentos de Cultura y Deportes de los ayuntamientos y recibimos un ínfimo apoyo mientras los grandes eventos siguen comiéndose el gran pastel de la financiación pública.