Para salir de la crisis es necesario hacer una verdadera reforma laboral, pues lo fundamental es eliminar el paro y garantizar el trabajo para todos. La única solución matemática para lograr esto consistiría, a mi modo de ver, en reducir sustancialmente la jornada laboral hasta dejarla en unas 25 horas semanales. Ya no serían necesarios los impuestos destinados a pagar subvenciones a parados. Sencillamente porque ya no los habría. También se reducirían los impuestos IRPF. Al trabajar todos, aumentarían las cotizaciones a la Seguridad Social y aumentaría el consumo, con lo que se incrementaría la producción. Desaparecerían para muchos las amenazas de embargos y no se encontrarían agobiados por sus hipotecas. Disminuir impuestos es equivalente a subir salarios o, por lo menos, a no bajarlos. Se lograría una estabilidad laboral, desapareciendo la inseguridad actual. Hay que admitir que los avances tecnológicos y de medios hacen innecesaria tanta mano de obra y es imposible que el consumo absorba el exceso de producción.