Al igual que ocurriera con aquel fatídico 11-S, los Estados Unidos vuelven a sentirse atacados y vulnerables a raíz del gran desastre ambiental de BP en el Golfo de México. La invasión de chapapote aniquilando biodiversidad, arruinando al sector turístico y pesquero, así como la constatación de que toda una superpotencia se haya impotente ante el megadesastre, representa un duro golpe para la psique y orgullo de esta gran nación otra vez herida.
Nos encontramos, por tanto, ante un momento crucial para la historia de la humanidad, pues sin duda esta catástrofe ambiental va a impulsar definitivamente el cambio de modelo y representar el principio del fin del antiguo régimen energético fósil que ha dominado el mundo.
Es momento por tanto de posicionarse y pisar fuerte en el sector de las renovables, impulsando desde todos los ámbitos la gran revolución energética verde que posibilitará crear empleo y construir un mundo más justo y mejor.