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Gatear, al menos

Deporte y espectáculo son emblemáticos cuando se buscan cambiar el status quo, aunque no suficientes. A la Sudáfrica del ‘apartheid’ se la señaló con un boicot en esos campos, pero se la venció con un aislamiento –sobre todo económico– general. Suspender la participación de representantes israelíes en Eurovisión o la Champions no va a detener el genocidio en Palestina pero aflorará un reproche colectivo que empuje a sanciones más directas. No correremos –ahí está Rusia, cuyo boicot formal no conlleva un consenso de aislamiento real–, pero si ni siquiera gateamos no llegaremos a ningún lado.