Esta semana, el Tribunal Supremo acogía buena parte del recurso de Vox contra la ordenación del euskera en los ayuntamientos vascos. El argumento, coincidente del nacionalismo ultra español y los sindicatos de ámbito estatal, es que los derechos lingüísticos se supeditan a los laborales. Tan incómoda es la foto que algunos sindicatos la quieren abandonar y sostienen que son equidistantes con ambos derechos. Ciertamente, se constatan multitud de recursos de esos sindicatos a favor del acceso al empleo público sin euskera y, exactamente, ninguno en defensa del derecho a ser asistido en euskera. ¿Equidis qué?