Decía Ricardo A. Guibourg, abogado, juez y profesor universitario argentino, que a través de nuestros antepasados, todos somos emigrantes. El prejuicio contra los nuevos emigrantes pobres proviene de la idea de que los más acomodados, los emigrantes anteriores, no desean compartir los privilegios que han adquirido. De ahí el voto latino a Trump que ahora empieza a arrepentirse de lo votado.

A saber si los aranceles de Trump son un ataque flagrante contra su propio pueblo y un regalo para los multimillonarios, o un farol para que México y Canadá violen los derechos de migrantes igual que hacen Marruecos, Libia y Turquía a favor de la Unión Europea. O que todo estuviera ya pergeñado de antemano. Me lo creo todo a falta de datos comprobados.

Al parecer, el Washington Post ha calificado a Trump como la peor amenaza contra su propio país. Creo que se quedaron cortos. Acaso los aranceles que quiere ponerle a la UE son otro farol para que, por ejemplo, aumente exponencialmente su gasto militar para una guerra próxima. En todo caso esto de los aranceles es una amenaza de escala mundial. La última vez que Estados Unidos aumentó los aranceles de esta manera fue en 1930, y eso desencadenó la Gran Depresión y lo que vino después.

Trump parece un monstruo formado con un algoritmo dirigido únicamente por defectos humanos. Incluso sus defectos tienen defectos. Se autosupera en falta de educación, elegancia, credibilidad, compasión, ingenio, sabiduría, sutileza, ironía, ingenio y no digamos de empatía, sensibilidad y humildad. Su mente es un compendio de prejuicios mezquinos y odio instintivo.

¡Quién lo hubiera dicho! Se está esforzando por hacer buenos a Nixon, a George W. Bush e incluso a sí mismo en su primer mandato. Con el cierre de la agencia federal de cooperación va a perjudicar a los muchos en beneficio de los muy pocos. Todo indica que quiere cargarse al sistema de justicia internacional y con ello, seguramente, a la ONU. Vienen tiempos oscuros.

@Krakenberger