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Móvil a martillazos

Más allá de la motivación que impulsó a alguien a responder a bulos interesados -que no se investigan- filtrando los datos en los que la pareja de Díaz Ayuso reconocía un delito fiscal; más allá del interés político en la causa contra el fiscal general del Estado para sacudir al Gobierno de Sánchez; más allá de las cuestionables actuaciones de jueces; más allá de la muy evidente diferencia en el grado del presunto delito, que la cabeza de la Fiscalía que vela por la legalidad cambiara de móvil justo cuando se le investigaba es, mutatis mutandis, como romper un disco duro a martillazos.