Un ciudadano marroquí ha permanecido once días en el aeropuerto de Loiu a la espera de saber si le concedían un asilo político que de momento le ha sido denegado. Se desconoce la motivación de esta petición y el porqué se le ha dicho que no. Pero lo que sí sabemos es que es una persona que ha llegado a nuestro país como un polizón. Da igual que sea en avión, escondido en un camión o en un cayuco. El fenómeno de la migración nos obliga a mirarles y atenderles. Al igual que a las miles de personas que huyen de sus países por estar amenazadas. Al final, todos buscan lo mismo: sobrevivir.