ES verdad que el rito de votar ha cambiado. Cosas del nuevo ciclo. Lo de la misa es historia y ahora, antes o después de votar, incluso antes y después, toca marianito y rabas. Así que te puedes encontrar a quien después de emitir su sufragio revolucionario para cambiarlo todo porque todo está muy mal, “sobre todo Osakidetza y la vivienda”, se embucha unos txakolis, unos txopitos y algún pintxo de pulpo, que hay que reponer fuerzas. Hoy igual falta, sin avisar, a la cita del médico y leerá en este periódico que con la requeteprogresista Ley española de Vivienda los alquileres han subido 200 euros al mes.