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El abrazo

HA sido escalofriante la frivolidad, falta de ceñimiento a los hechos e hiperventilado entusiasmo con que los medios de la derecha, de la extrema derecha, de la izquierda y de la extrema izquierda –cada cual con su diferente ascua para la misma sardina– han tratado, valorado e interpretado el relevo de candidato a lehendakari por el PNV. El abrazo de ayer entre Iñigo Urkullu e Imanol Pradales aclara muchas cosas, pero no les bastará a quienes creen haber olido sangre y se frotan las manos. Diferencias habrá, como en todo partido y todo colectivo, pero no parece que haya sangre que llegue al río.