La crueldad del franquismo llegó a límites inhumanos. Los 71 restos de represaliados hallados en Orduña son ejemplo de ello. La mayoría de los casi 4.000 prisioneros en el campo de concentración de la localidad eran extremeños, castellanos, andaluces. Sus familias desconocían absolutamente qué había sido de ellos cuando se los llevaron de sus casas. Fueron asesinados o murieron por torturas u otras penalidades. Ayer, más de 80 años después, familiares de cinco de ellos recibieron los cuerpos en un acto de homenaje y reparación. Todos compartimos sus lágrimas de emoción y agradecimiento.
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