CONTRA algún augurio, estamos en pleno descenso de la séptima ola del covid-19. Verano, viajes, interacción social, socialización juvenil, festivales de música multitudinarios, fiestas no menos participativas, cero restricciones, relajación total... y los contagios continúan cayendo. Es verdad que el virus no ha desaparecido. Ochocientos casos en la última semana lo corroboran, y más aún los 167 hospitalizados y los 18 fallecidos. Pero vivimos ajenos a la enfermedad. Veremos en otoño, con la vuelta a la actividad y la escuela. El desconcierto con este virus es total. l