TRES votos frente a dos van a llevar a una persona a la cárcel. 3-2, que casi lo tienen que decidir en un tie break. Es verdad que en sentido estricto son los delitos que haya cometido esa persona los que le han valido la condena. Pero dos magistrados no ven delito de malversación en José Antonio Griñán, expresidente de Andalucía, que es lo que le envía a la trena. Así es la justicia, sí, pero sorprende que jueces del Supremo valoren jurídicamente que hay pruebas y otros, que no. Porque es eso, ¿verdad? Nada tiene que ver que tres sean conservadores y dos progresistas, ¿no? Ya.