LOS chavales de 16 años tendrán carné de conducir, dicen los titulares grandilocuentes. Eso sí, la información enseguida se matiza. Será para vehículos eléctricos con velocidad máxima de 90 km/h y un peso máximo de 400 kg. O sea, otro carné a precio de oro para conducir un scooter eléctrico de cuatro ruedas. O también, juguetes que cuestan alrededor de 8.000 pavos para adolescentes pijos. Críos, pasados de vueltas, a noventa kilómetros por ciudad ¿qué puede salir mal? ¡Y luego resulta que no subimos el límite de velocidad a 130 porque es peligroso! Pero no hay de qué escandalizarse porque hace ya tiempo que conducían vespinos con 14 años y motos de 250 cc. con 16. Yo creo que si para sacarse este nuevo permiso tuviesen que hacer un examen por escrito (no tipo test), sin faltas de ortografía, no se lo sacaba ni uno. Porque si uno de cada cinco quinceañeros tiene dificultad para comprender un texto, ¿cómo va a entender el código de circulación? Pero el gobierno en lugar de preocuparse por darles estudios o trabajo, les pone un cochecito en sus manos. ¡Ya solo falta que les saquen un bono fiesta de 500 euros! Ahora que, cada vez, se comparte el espacio urbano con un mayor número de vehículos, incluidas esos locos cacharros que se llaman patinetes eléctricos, el nuevo carné solo provocará problemas y accidentes. ¡Todavía veremos peatones llevando cascos y protecciones! l

clago@deia.eus