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Talento en Bizkaia

Quien haya sido capaz de sobreponerse al achicharre meteorológico debería dedicar al menos un minuto a la maravillosa semana que acabamos de vivir en Bilbao en materia de talento humano.

Nos equivocaríamos si pensáramos que la entrega de los premios Fronteras del Conocimiento que concede cada año la Fundación BBVA no es más que un evento de postín, glamouroso además, y de espaldas a la sociedad. El conocimiento que se premia en ese acto es el que ha marcado el presente por el arduo trabajo del pasado que se materializa en un futuro mejor en lo científico-tecnológico. Mentes como las premiadas sacaron a la humanidad de la oscuridad medieval y crearon la condiciones para las revoluciones tecnológicas que nos proyectan hacia un mañana que puede ser todo lo humanizador que queramos hacer nuestra máquinas.

Pero, junto a todo es talento reunido en Euskalduna Jauregia, otra explosión de conocimiento, de compromiso y de talento se producía en el Museo Guggenheim. DEIA ha entregado los Elkartasun Sariak acompañados, como siempre, por BBK y el Ayuntamiento de Bilbao. Y allí se dio cita un talento que le reconcilia a uno con la especie humana. La fuerza del Tercer Sector vizcaino es tan incontenible que desbordó el vaso de las emociones. Un tsunami de solidaridad en el que el orgullo nace de la humilde contribución individual al bienestar de otros. El mayor talento humano es la empatía, la capacidad de pensar en el otro, sobre todo cuando este otro necesita de nosotros. Fue un encuentro con las emociones, con los anhelos de mejorar y de que los menos favorecidos, los más diversos, mejoren con nosotros. Fue, en definitiva, la auténtica reserva ética de nuestra sensibilidad como seres humanos. Y volvió a ser un honor poder reunir a tantas almas nobles en una tarde de calor infernal que rescataron con la frescura de su trabajo voluntario. Eskerrik asko!