MMANUEL Macron se enfrenta hoy al examen de la primera vuelta de las presidenciales francesas. Duro test. Lo tenía aparentemente fácil, con sus rivales a mucha distancia, pese a la mala gestión del malestar social reflejado en los chalecos amarillos y de la pandemia. La presidencia de turno de la Unión Europea le ofrecía, además, un gran escaparate para presentarse como gran estadista. Pero la guerra lo trastocó todo y no ha sabido responder a una campaña en la que ha estado ausente y distante. La extrema derecha le acecha y la izquierda aprieta. Bonne chance!