L error cometido con la retirada caótica y precipitada de Afganistán nos perseguirá. Siete meses después, los talibanes campan por sus respetos, como ya sabíamos. Solo un ejemplo: las chicas ya no pueden ir a la escuela. Más: desde ayer, los parques y jardines de Kabul están segregados por sexos. Y las mujeres, con velo, claro. Así lo ha determinado el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, que parece un nombre de una distopía literaria, quizá una comedia, pero es real como la vida misma. Comedia no: una gran tragedia.