ADA vez resulta más preocupante ver cómo coinciden las opiniones de algunos políticos del PP con los discursos de Vox. Y, sospechosamente, ocurre sobre todo cuando se trata de temas relacionados con la mujer. Hace unos días el consejero andaluz Jesús Aguirre afirmaba que el concepto de violencia intrafamiliar era preferible al de violencia de género por ser más representativo en la medida en que el primero incluye al segundo. Podría parecer una opinión personal de un político de turno, pero el tema es mucho más grave si se tiene en cuenta que el pacto en Castilla y León entre PP y Vox implica la eliminación del reconocimiento de las agresiones de género. Y que días más tarde el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, coincidió con su compañero de partido al identificar como un caso de violencia intrafamiliar que un hombre que ha tenido un problema con su pareja mate a sus hijos. La pildorita ya está soltada y aunque ha tenido que matizar su opinión en Twitter, el próximo líder del PP ya ha negado que existe la violencia vicaria (una de las formas más crueles de maltrato machista, ejercida contra los menores para causar un daño insoportable a la madre). Cada vez parecen más claras las futuras alianzas políticas, pero no todo está dicho. Igual se pueden llevar una sorpresa. Las mujeres no vamos a permitir que se desande todo el camino recorrido en la lucha contra la violencia de género.
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