EL PP se enfrenta a sus segundas primarias con la misma pachorra que se enfrentó a las primeras, aquellas de las que salió el caído en desgracia Casado después de ser acuchillado por una formación entera. Este hombre, cuya presidencia del segundo partido del Estado transcurrió sobre un polvorín sin que se enterara, ayer se presentó a votar a su sucesor. Con la misma pachorra que recibió la presidencia de manos de aquellas primarias a cara de perro con Sáez de Santamaría, ayer votó su salida como un calimero de sonrisa de porcelana. Lo de este hombre lo estudiarán las universidades en un futuro, la supervivencia se lo dejarán a Sánchez mientras las tripas y el corazón quedarán en Casado que pilotó contento al PP por el sanchismo con empaque de profesional de la política y ahora cede y vota en las primarias que entronarán al profesional de una Galicia entera. Feijóo ha decidido no votarse a sí mismo para ceder ese protagonismo mediático a la militancia de base, como si esta pudiera decir algo al igual que lo hizo la primera vez, cuando la fumata blanca parió un Casado salido de la costilla de Aznar. Hoy Génova ha sido un desfile de volatineros por un nuevo partido, leales al nuevo jefe que en su hoja de servicios, como una preview, ya tiene a los ultras en un gobierno de su marca. "Estamos preparados, Alberto", ha tuiteado Mañueco. Y no se sabe si ha sonado a aperitivo o a amenaza. Al ufano Casado, de no coscarse, estas cosas ni le pasaban.

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