Rectificar es de sabios y la huelga convocada en la educación vasca para el próximo viernes ya no está en la agenda. Los sindicatos han dado marcha atrás en la incoherencia de haber pretendido chocar con la mayoría social del país representada en su Parlamento antes de que hubiera una ley sobre la que opinar. Ciertos automatismos cuestionan la acción sindical. El conflicto como principio lleva al absurdo de pretender que nada debe ocurrir sin su protagonismo. No es así y, cuanto antes se asuma, menos sustos para todos. Muchas veces, el contrapoder se pasa de frenada.