Amortizado Pablo, sigue a flote Isabel. Haría mal el PP en olvidar cómo la lideresa ha inflado este globo hasta hacerlo estallar en la cara de su Ejecutiva. La tentación de pactar la paz entre baronías para construir una dirección que respete feudos, no como la saliente, puede animar a preservar de mayores zozobras el devenir incierto del partido. Humano afán de dejarse llevar por el olvido. Pero la Fiscalía Anticorrupción no se juega baronía alguna en el PP y la expectativa de tornar en fugaz la estrella ascendente de Isabel -por razón de la enésima fraternidad comisionada en la política española- es una perita en dulce.