Los que salivan con el nacional-derechismo español y su gruesa capa de caspa cañí están irritados por lo que califican de nacionalistas provincianos y su voto hacia opciones locales en Ávila, León o Soria. El vínculo con el que pretenden anclar voluntades a su modelo nacional centrípeto se estira hasta crear una estrecha franja tensionada: un istmo. Hará unos 30 años, recuerdo una visita a San Mamés de una peña del Valladolid. Nuestros hooligans cantaban aquello de "español el que no bote" y los que más saltaban eran los albivioleta al grito de "Castilla entera se siente comunera". ¡Qué grandes!