O es solo el qué de la reforma laboral; es el cómo. Se puede suscribir que tácitamente hay prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales en Euskadi. Pero uno de cada tres trabajadores vascos por cuenta ajena están regulados por un convenio estatal y la aplicación de un eventual acuerdo autonómico puede chocar con la preferencia establecida por los tribunales de un convenio colectivo vigente sobre otro posterior. Este es el qué de la insistencia; pero el cómo, el ningunear a las mayorías autonómicas en la propia negociación de la reforma, ya es preocupante.