O parece haber indicios que respalden a la joven que denunció una agresión en Gasteiz a manos de menas. El periplo de su discurso ideologizante por los medios de la derecha puede gustar más o menos -apestaba a doctrina ultra- pero los arañazos los llevaba ella y eso siempre mueve a la empatía. No linchemos a la presunta víctima aunque pueda acabar acusada pero, si de verdad todo fue simulación, esta persona necesita ayuda. Y nosotros, también, si sale gratis atacar a la línea de flotación de nuestra percepción del inmigrante y de la violencia contra las mujeres.