A selección española de fútbol jugó anoche contra nadie, ya que Kosovo no existe para la diplomacia española. Sí para la Federación (RFEF), ya que la UEFA y la FIFA reconocen a Kosovo como legítimo competidor en mundiales y eurocopas. La decisión de los rectores mundiales del fútbol fue política -Kosovo se desgajó del enemigo serbio con el reconocimiento de EE.UU., Alemania, Reino Unido o Francia-; negar su participación a la selección vasca, también, ya que España es ese socio cómodo que niega al fútbol vasco un acuerdo de amistosa competencia mientras retrata su incoherencia en Pristina.