A necesidad de escapar al control del Big Brother en redes como Youtube, Twitter o Facebook , habría impulsado la red TOR (Dark web), creada por defensores del software libre para proteger la identidad de los usuarios y que contó en sus inicios con las bendiciones de los Gobiernos occidentales para permitir el acceso a Internet en "países totalitarios". Sin embargo, tras los atentados yihadistas de París, las actividades propagandísticas del ISIS estarían siendo monitorizadas y filtradas por las agencias de seguridad occidentales, lo que habría forzado a los usuarios a utilizar masivamente la nueva aplicación Telegram, al estar sus contenidos encriptados (sus usuarios pueden formar grupos de hasta 200 personas y utilizar chats secretos donde el material propagandístico se autodestruye), con la consiguiente dificultad de los servicios secretos occidentales para acceder a sus contenidos.

En un nuevo intento para preservar el anonimato de los usuarios en la Red, asistimos a la aparición de las VPN o Red Privada Virtual, herramientas que ocultan la identidad de los usuarios y permiten mantener la comunicación con cualquier país del mundo libre de vigilancia de lo que sería paradigma el joven bloguero chino Chen Qiushi, en paradero desconocido, que se encargaba de radiografiar la angustia de Wuhan a través de sus vídeos colgados en Youtube a través de las VPN, lo que habría impulsado a China a imponer normas para el acceso de los usuarios a dichas herramientas. La prohibición de descargar Plague Inc. para IOS en todo el territorio chino sería el penúltimo episodio para imponer una censura total en las informaciones sobre el coronavirus en Internet por parte del Politburó chino.

Ello, aunado con la implementación del cortafuegos (firewalls) en Internet y el descomunal despliegue de cámaras de vigilancia con inteligencia artificial para el reconocimiento facial de personas incluso con mascarillas (200 millones de cámaras), así como el uso de drones-policía, convertirán a China en el Big Brother que controlará en tiempo real a todos los ciudadanos chinos. Asimismo, Francia, Gran Bretaña, Indonesia y Rusia exigen eliminar los mensajes encriptados en WhatsApp y Telegram, medidas constrictoras que tendrán como efecto colateral la imposibilidad del acceso universal a la Red en la próxima década y el retorno a sus orígenes de la Red de Redes, al quedar Internet convertido en herramienta exclusiva de las élites políticas, económicas y militares.