A posibilidad de que a una persona le toque el Gordo del sorteo de la lotería de Navidad es de una entre cien mil por cada décimo que juega. Difícil, ciertamente, resultar agraciado. Este año, sin embargo, hay otros sorteos navideños a los que jugará mucha gente, y en los que va a ser mucho más fácil resultar agraciado, o mejor, desgraciado. Muchos han comprado ya sus boletos. A pesar de las insistentes recomendaciones de las autoridades sanitarias, y por encima de lo que debería marcar el propio sentido común, se celebrarán encuentros en torno a las mesas en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo en los que se saltarán todas las normas y mezclarán núcleos convivenciales en peligrosas proporciones, en un juego de aprendices de alquimistas que les puede estallar en la cara. Esos sorteos en los que hay muchas posibilidades de que toque tienen como premio gordo un viaje al otro barrio; como segundo premio, una estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos; como tercero, unas vacaciones en planta del hospital (con la consiguiente pulserita de todo incluido), y como aproximaciones, pedreas y reintegros todo un abanico de variantes en la escala de la gravedad que puede conllevar que te toque en gracia el virus. Quienes toman parte en esta lotería, repartirán también entre familiares, amigos y compañeros de trabajo multitud de participaciones para que ellos puedan acceder también a los premios. ¡Hagan juego, señores!