L debate de la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez debería ser clarificador para todos y, especialmente, para los magistrados del Tribunal Constitucional que analicen el recurso del partido ultraderechista contra la decisión de PNV y EH Bildu de no participar en los debates de sus iniciativas en Gasteiz. Nadie le quita el derecho de proponer y escucharse en la Cámara pero están por ver con qué argumentos debería el TC obligar a nadie a hacerles de palmeros. Visto el objetivo de instrumentalizar y desgastar en beneficio propio a las instituciones representativas, el Tribunal no debería ser cómplice.