EL (hasta ahora) líder del PP vasco, Alfonso Alonso, ha pasado de la humillación al menosprecio más absoluto por parte de su partido en Madrid. Ha perdido el pulso porque Cayetana Álvarez de Toledo, con la anuencia de Pablo Casado, le ha doblado el brazo en la coalición con Ciudadanos. Ofendido, denigrado, despreciado, sojuzgado y herido en su dignidad, Alonso, como todo el PP vasco, está, haga lo que haga, tocado y hundido. Si asume el trágala y continúa, es un cadáver político. Si se va, quedará en el olvido. El engendro PP+C's nace dividiendo.