La calidad de la justicia, da igual con mayúscula o sin ella, como concepto que como estructura, no es mesurable, medible. O es justicia, es decir, justa; o no lo es. Como concepto es evidente. Como estructura, si no es justa es otra cosa, mero instrumento. De algo o alguien. En Luxemburgo o en Madrid. Y para ser justa, es decir, justicia, con mayúscula o sin ella; necesita ser independiente, libre. En Madrid, la justicia dictó en consonancia con la mayoría política del Congreso español. En Luxemburgo, corrigió a la mayoría política del Parlamento Europeo. Resulta más que curioso: la justicia, si quiere serlo, requiere libertad para decidir.