LA bandera española está teniendo problemas en los desfiles militares. En junio, la chapucera izada provocó los gestos de desaprobación del rey, que ayer, en la Fiesta Nacional, miraba atónito cómo el paracaidista que portaba la rojigualda se es-tampaba contra una farola y quedaba colgado de ella, bandera incluida. La Legión desfiló con su mascota, el chivo de nombre Pacoli. ¿En serio? ¿Sería un homenaje al otro Paco? El ridículo rozó lo sublime. Todo ello, mientras las webs filtraban el sentido de la sentencia del procés. España lleva camino de estrellarse, como el paraca.