SI ha provocado revuelo la llegada a Hondarribia del avión que transportaba el helicóptero de Donald Trump, no te digo cuando llegue en carne y hueso. Mañana arranca una cumbre del G7 que acumula morbo a raudales. Creo que el presidente estadounidense ha insultado de una u otra forma a todos y cada uno de los que se sentarán con él. Con la excepción quizá de Boris Johnson. Pero es cuestión de tiempo que haya un roce. La dimensión de sus egos es tal que a duras penas cabrán los dos en Biarritz. Se disputarán quién revienta antes la agenda de igualdad y medioambiente.