ANDA Rivera sin entender la historia de los partidos que confunden “autonomía” con soberbia, esa que propulsó a Rosa Díez a la desaparición de UPyD y a Iglesias a levantarse un día exigiendo ministerios y otro limosneando direcciones. Estos a los que les sobraron en su día los famosos michelines están, o desaparecidos de la escena pública, o en un diván que a falta de votos quieren subirse al poder como a un columpio. El tiempo demuestra que en aquellos nuevos partidos, la tentación de columpiarse siempre termina en insignificancia.