NO ha gustado a Vox que le sitúen en el gallinero del Congreso. Y eso que Abascal se jacta de poner un huevo y hasta los dos en defensa de su modelo de España. El caso es que, en realidad, así tendrían más fácil poner pie en pared ante los atropellos que pretendan los rojos, los separatistas, etarras y los recogenueces, que es como en Vox identifican a los demás partidos. Los lanzabilis -no es un apellido georgiano- guerracivilistas de Don Santiago todavía no saben lo peor: como nos hacían en el cole, al final del curso tendrán que lijar los pupitres para el que venga detrás.