PASAR de 32 diputados 57 no puede calificarse sino de éxito. Es cierto, no suma con PP y Vox para gobernar, pero es un magnífico resultado. Mucho hemos escrito y hablado de que la estrategia de abandono de Albert Rivera de la zona centro podría ser suicida y abocada al fracaso. Pero no ha sido así. Ciudadanos ha convencido y ha ganado la batalla por la derecha española. Por encima del PP, al que le ha recortado un importante terreno de juego. Y de Vox, ultraderecha desinflada con respecto a lo que decían las encuestas, pero que mucho tendrá que ver y que decir en el futuro de España y, también, de lo que nos afecta a las y los vascos visto el comportamiento que han tenido sus rivales directos durante esta última campaña.

Ciudadanos nació con espíritu de centro izquierda catalán y, en su salto al Congreso de los Diputados en 2015, se coló con la llave de la gobernabilidad de las formaciones entonces hegemónicas. Hoy, cuatro años después, Rivera deja a su rival directo en un K.O. técnico cuyas consecuencias ahora mismo (o por lo menos al cerrar esta edición) son impredecibles, pero que, de salida, apuntan a un cuestionamiento del liderazgo de Pablo Casado al frente del PP. La duda, vistos los resultados, si Ciudadanos hubiera realizado una campaña más centrista hubiera podido lograr el sorpasso al PP. También, cómo le hubiera resultado poner el famoso cordón sanitario a Abascal y compañía. Veremos a ver qué pasa en la estrategia de las próximas elecciones de mayo, si moderan su discurso hacia los socialistas o lo recrudecen en pos de esa lucha fraticida por el votante hasta ahora sólo cobijaba el paraguas del PP.

Ahora, queda por desvelar qué quiere hacer Pedro Sánchez con los resultados de Ciudadanos. Y Albert Rivera, a su vez, con los del PSOE. Si el presidente español en funciones se plegará a las pretensiones de la formación naranja para lograr el sillón de la Moncloa o Rivera aparcará su rechazo mantenido desde febrero a los socialistas y se avendrá a negociar con ellos para, de la manera que sea, dirigir España.

Sea cual sea la fórmula, Euskadi y Navarra deben mirar con preocupación que Ciudadanos haya logrado convertirse en líder de la derecha española. No en escaños, pero sí en lo que pueden traer nuevos tiempos. Porque por mucho que lo quieran decorar desde UPN, lo cierto es que el mensaje antinacionalista está en su ADN y practican tabla rasa sea éste catalán o vasco. Significativo que no hayan conseguido adentrarse en nuestra tierra. Sería uno de los mensajes que deberían de estar mañana encima de la mesa de análisis, de cara a ver cómo reajustar las gafas con las que nos ven. Lamentablemente, creo que tendremos que pasar más convocatorias electorales para lograrlo. El próximo asalto será el 26-M. Solo queda un mes. Todavía queda un mes.