El encendido de las luces marca el arranque del periodo navideño. La iluminación de El Arenal, la ballena frente al consistorio junto al despliegue de más de 1,4 millones de bombillas ha sido subrayado por muchos como el más impresionante de los últimos años. La puesta en escena del encendido, además, al más puro estilo Rockefeller Center, nos catapultan al propio New York, o mejor dicho, nos recuerda que en apenas 6 meses hay elecciones. No obstante, en semejante despliegue de medios -que nos dicen se hace para apoyar a la hostelería y el comercio- el barrio de Arangoiti, como muchos otros barrios periféricos de gente trabajadora, queda fuera del plano del Bilbao navideño. El Ayuntamiento de Bilbao no solo no ha puesto una sola luz, sino que se jacta de haber puesto 4 bolas en el árbol frente al Caserío Aguirre, mientras todos los árboles de El Arenal disponen de iluminación propia, o se gastan cientos de euros al día en proyecciones en la fachada de la casa consistorial. Es especialmente sangrante en el caso de Arangoiti, por ser nuestro antiguo mercado municipal, que las vecinas y vecinos queremos convertir en un centro social, la sede permanente de la iluminación azul de la Gran Vía. Dicho de otra manera: No hay ni una sola luz navideña en el barrio que custodia el alumbrado de todo Bilbao. La Navidad, para el Gobierno municipal debe ir por barrios. Las luces navideñas para apoyar a comerciantes y hosteleros, deben estar hechas solo para las multimillonarias multinacionales textiles, mientras que el comercio y la hostelería del barrio del que viven decenas de familias no reciben el mismo apoyo que Inditex. A ver si para el año que viene, el alcalde se acuerda y pone en el centro a los barrios.