Síguenos en redes sociales:

La democracia se escribe en prosa y no en verso

La sentencia del ‘caso Gürtel’ enla que se condena al PP comopartícipe de un delito a títulolucrativo y donde se declara alpresidente del Gobierno testigodudoso, no fiable, sincredibilidad, ¿cambia en algo lasituación política española?Rotundamente sí, en todo

HAN oído alguna vez hablar de unpolítico corrupto que haya confesado:“soy un delincuente despreciable,me mueve la sed de dinero y el deseode enriquecerme a costa de los demás”? Porahí anda todavía suelto alguien que se llamaa sí mismo “yonqui del dinero” y que al pareceralgo ha tenido que ver con los datos proporcionadosa la policía que han permitido ladetención y prisión de Eduardo Zaplana,exalcalde, expresidente regional, ex ministro.Pero me temo que estoy hablando de unaexcepción, la del yonqui reconvertido enbudista, y de una regla general, la del políticoespañol dispuesto a exhibir sus bienes malhabidos: las casas, los pisos, los yates... eselargo inventario de cosas que pueden devorarla mente y el alma.

Las cosas materiales anticipan causas judicialesy la seguridad no existe en ningunaparte. Luis Bárcenas cuida hasta la caricaturauna fisonomía de malhechor refinado delque no queda ya nada de aquel deslumbramientoen el que durante tiempo se sintióamo del mundo. Leyendo la sentencia que lecondena se establece como hecho probadoque robó a su partido, el PP, que nunca pudo denunciarle porque a su vez se había aprovechadode los robos del propio Bárcenas. Deahí los vaivenes de esa extraña relación, desdeel “mantente firme, Luis” hasta el “nosabemos nada de ese señor”. Sabemos que laamistad es una cosa pasajera, limitada porlas leyes de la vida, y que eso es algo natural;pero el abandono por parte del PP de Bárcenasse parece más a una fuga en direccionescontrarias de quienes acaban de desvalijarun banco que a una ruptura sentimental.

Todo lo que cuento era más o menos sospechado;ahora es una verdad judicial. La sentenciadel caso “Gürtel” en la que se condenaal PP como partícipe de un delito a títulolucrativo y donde se declara al presidente delGobierno testigo dudoso, no fiable, sin credibilidad,¿cambia en algo la situación políticaespañola? Rotundamente sí, en todo. Ya noes posible que el PP se mantenga en su argumentode que los casos de corrupción que leafectan, aún crecientes, son aislados y cometidospor personas que han traicionado laconfianza partidaria. Si rascamos un frescohasta su vergonzosa capa del fondo solohallaremos yeso. Si rascamos la fachada delPP hasta su vergonzosa capa del fondo solohallaremos corrupción. Cada procedimientopenal pendiente de juicio o sentencia será uncontinuo rascar en la estructura de los populareshasta su colapso. Un delito puede carecerde móvil, pero forzosamente tiene unpasado: el de su autor o autores cuya vidaentera se convierte entonces en la explicación,el preludio, la causa de su acto. Llegaral poder para enriquecerse lo explica casitodo. Mantenerse en el poder para encubrirsecompleta la explicación.

Lo que acabo de decir se mantendría en elámbito de una reflexión sin trascendencia sino fuera porque hace un mes escribí en DEIAun artículo favorable a la aprobación de lospresupuestos generales del Estado. Me alegrécuando gracias al voto de los cinco parlamentariosde EAJ-PNV las cuentas salieron adelante en el Congreso. No es mi intención,ni deseo, estar comprometido con cada acontecimientocomo si fuera una prueba demoralidad y no comparto la decepción deTeresa de Ávila cuando afirmó: “Se derramanmás lágrimas por las plegarias atendidas quepor las no atendidas”. Así que desciendo a unplano más terrenal, el de la democraciarepresentativa donde no existe la perfección.

El PNV tomó la decisión de aprobar los presupuestosen unas circunstancias no rigurosamenteprevisibles, en una coyuntura única:presupuestos o adelanto electoral con mantenimientodel 155. Obró razonablementeadoptando después de haberlo meditado ladecisión que ofrecía más probabilidades deconseguir el fin que pretendía, mejorandoincluso el borrador presupuestario con elalza y estabilización de las pensiones ademásde una sustanciosa inversión en infraestructuras.Andoni Ortuzar cuya amplia frente seha convertido en una pantalla que refleja suspensamientos e inquietudes, ha hecho unejercicio de inusual y sincera autocrítica. Hacalificado de parcialmente ingenua la actuaciónde su partido en la creencia de que lossoberanistas catalanes conformarían ungobierno factible y que el gobierno españolacabaría desatascando la situación si disponíade tiempo para hacerlo, precisamente eltiempo ganado por la aprobación de los presupuestos?más o menos dos años?.

LA VERDAD O EL ÉXITO La esencia de la política,escribía Maquiavelo, se revela en situacionesextremas. Ante esas circunstancias hayquien prefiere reafirmar sus posiciones ideológicasal éxito, mientras que otros sacrificansus convicciones a la necesidad del triunfo. Laverdad o el éxito. Las dos convicciones sonigualmente morales con tal de que el éxitoperseguido sea para la sociedad y no en interésegoísta, para uno mismo. La diferenciaentre la ética de responsabilidad del políticopragmático y la ética de la convicción delpolítico moralista fue explicada por vez primeraen una conferencia leída en Múnichhace cien años. Max Weber, el sociólogoeuropeo más influyente hasta el día de hoy,impartió una memorable lección a los estudiantesalemanes que se debatían entre larevolución y el emergente fascismo. En suintervención sostuvo que cuando las consecuenciasde una acción realizada conformea la ética de la convicción ?lo moral porencima de todo? son malas, el que las va aejecutar no se siente responsable de ellas,sino que responsabiliza al mundo, a lavoluntad de Dios, o a la mediocridad de loshombres. Sin embargo, quien actúa conformea la ética de la responsabilidad ?lo moralcomo referente pero sin aplicarlo de formaautomática?, tiene presentes todos losdefectos del hombre medio.

Este es el eje del debate en el que se ha situadoel PNV tras la aprobación inicial de lospresupuestos y después de la sentencia delcaso “Gürtel”. Doy por hecho que EAJ-PNV conoce al dedillo que toda democracia es oligarquía,que toda institución es imperfectamenterepresentativa y que todo gobiernoque se ve obligado a obtener el asentimientode múltiples grupos o personas actúa conlentitud. Pero irrumpe en la escena políticauna sentencia inesperada por lo contundenteen cuyo fallo se podría haber añadido“Pero esto digo hermanos que el tiempo escorto?” (I Corintios 7-29,31). Y a partir de esemomento todos los partidos sacan a relucirlas bayonetas de cubo bien pulimentadas enBayona. La situación política actual es unlaberinto sin salida. Una larga agonía para elPP; una tensa espera para Ciudadanos; unaalternancia imposible para el PSOE; unestancamiento sin posibilidad de influenciapara Podemos. Los soberanistas catalanes secomportan como los “communards” de larevolución parisina: rompiendo los relojesde las fachadas en un vano intento paraparar el tiempo, y el PNV de equilibrio enequilibrio porque a la sociedad vasca le gustael bello gesto (la ética de la convicción) peroa la vez exige bienestar, inversiones públicasy más poder político para las institucionesvascas (ética de la responsabilidad).

DERECHO ABSOLUTO Lo que ocurre es que endemocracia también existe el derecho adesencantar cuando algunos se empeñan enconvertir un fin legítimo en un derecho innato.Los soberanistas catalanes iniciaron esecamino cuando confundieron la declaraciónde independencia con un derecho absoluto.El gobierno español se comporta de igualmodo cuando utiliza a jueces y fiscales paratratar de impedirlo, judicializando torpementela política. Ahora los jueces y fiscalesponen en su sitio al partido del gobierno,declarándolo culpable de beneficiarse de losdelitos cometidos por cargos públicos relevantes.La democracia es el único régimenque proclama que la Historia está y debeestar escrita en prosa y no en verso. Paraescribir en prosa y puesto que puede volver aser determinante de lo que ocurra en el parlamento?moción de censura, eleccionesanticipadas o eutanasia del PP?, el PNVdebería previamente esclarecer cuál es lafinalidad última de sus socios de ocasión. Ysi los eventuales socios son políticos quecomparten una ética de la responsabilidad odeclaman una poética de la convicción. Pocodonde escoger, la verdad sea dicha.