EUSKADI y la sociedad vasca han cambiado tanto en tan poco tiempo que imágenes de hace dos décadas parecen hoy mucho más lejanas. Esta transformación y el nuevo tiempo que vive Euskadi serían más difíciles de explicar sin el influjo del Museo Guggenheim. El museo diseñado por Frank Gehry impulsó y animó la transformación de Bilbao y su área metropolitana, al tiempo que contribuyó a abrir las puertas a un nuevo periodo de esperanza que hoy podemos disfrutar.

En un momento de feroz crisis económica y social, de desazón y hartazgo por la violencia terrorista, la impagable aportación del Museo Guggenheim sirvió como catalizador para que la sociedad vasca transformase su imagen y, con ello, también la percepción que más allá de nuestras fronteras se tenía de nuestro país.

El desembarco del Guggenheim a orillas de la ría fue el signo más evidente de que Euskadi, la sociedad vasca, no quería afrontar el comienzo del siglo XXI con la pesadumbre que le había acompañado en la recta final del siglo pasado. La sociedad vasca apostaba de manera mayoritaria por cerrar heridas, impulsar el entendimiento y mirar al futuro con ilusión. Las instituciones vascas fueron las encargadas de canalizar ese anhelo y apostaron por una propuesta cultural de primer nivel como instrumento para salir del atolladero y reinventarse. La cultura y el arte como herramienta para abrirse al mundo reforzando nuestra identidad, utilizando la metáfora de Eduardo Chillida que reivindicaba la figura del árbol con las raíces en nuestra tierra y las ramas abiertas al mundo.

La aportación del Guggenheim a la autoestima del conjunto de Euskadi es un aspecto fundamental. Este proyecto sirvió para que cayesen como fichas de dominó algunas autolimitaciones que nos habían acompañado y que mermaban nuestras posibilidades como país. Lo que poco antes parecía imposible, de repente se vislumbraba plausible. La llegada del gigante de titanio sirvió para consolidar algunos cambios que ya se venían atisbando en el seno de la sociedad vasca, acelerar otros muchos y, en definitiva, profundizar en la modernización de Euskadi. Al tiempo, comenzaron a llegar las obras y exposiciones de algunos de los artistas contemporáneos más importantes y, de forma creciente, los turistas terminaban de convertirse en parte del paisaje habitual de nuestras capitales.

En este inicio del nuevo milenio, también el final del terrorismo y la violencia han contribuido a dejar al descubierto todos los activos de una sociedad vasca moderna, solidaria y abierta. Ha sido como si una pesada niebla hubiera terminado de desaparecer. Mantenemos, no cabe duda, enormes retos en el horizonte y tenemos el deber de superar aún numerosas dificultades sin dejar a nadie atrás, pero estamos preparados y confiados en afrontar el nuevo escenario futuro con mayor ambición.

Esta situación que vivimos ha sido posible gracias a que la sociedad y las instituciones vascas nunca se pararon; ni siquiera en los momentos más duros dejaron de construir un país de futuro. En aquel contexto, en aquellos días difíciles de finales de siglo, surgió un proyecto que despertó muchas dudas en un primer momento, pero del que hoy nadie duda y que a todas y todos nos enorgullece. Este vigésimo aniversario del Museo Guggenheim Bilbao nos da la oportunidad de echar la vista atrás y celebrar el camino recorrido por nuestra sociedad en las dos últimas décadas. De brindar por haber conseguido que el conjunto de la sociedad vasca haya hecho suyo este museo, convertido hoy en uno de los emblemas de nuestro país.

Atzoko egunez, Museoan bertan hogei urte hauetako ibilbidea aitortu genuen. Han konpartitutako ideiekin amaitu nahi dut artikulu hau. Guggenheim egitasmoak ia mende laurden bat bete duenean sorreran ametsa zena lur emankorrean sustraitu zen. Euskadi mundura irekitako herrialdea izan da beti, eta, Guggenheim-ari esker, are eta irekiagoak gara.

Honekin batera, Euskadik kulturarekiko eta berrikuntzarekiko konpromiso handia izan du beti, eta, Guggenheim-ari esker ere, are eta handiagoa da egun gure konpromiso hori. Irekitasuna, Kultura eta Berrikuntza giltzarriak dira hazten jarraitu nahi duen Euskadirentzat.

Hogeigarren urteurrenean eskertu nahi izan dugu ametsa zena egi bihurtu duten pertsona guztien talentua, ahalegina eta ilusioa. Etorkizunari begira, datozen hogei urteetako ispilu izatea nahi dugu sinatu berri dugun Hitzarmena. Honek bide ematen digu euskal Guggenheimek munduan duen oihartzuna handitzeko eta, baita ere, Euskadin are eta maiteagoa, sustraituagoa eta biziagoa izateko.

Hace casi un cuarto de siglo el proyecto Guggenheim nació como un sueño y prendió en tierra fértil. Euskadi ha sido siempre un país abierto al mundo, comprometido con la cultura y la innovación. Apertura, Cultura e Innovación siguen siendo claves para una Euskadi que quiere seguir creciendo. Sabemos que somos un país pequeño en un mundo cada vez más global, pero este es un buen momento para reconocer que hemos avanzado y también para comprometer que lo vamos a seguir haciendo.

Este aniversario nos ofrece también la oportunidad de reconocer el talento, esfuerzo, sacrificio e ilusión de todas las personas que convirtieron este sueño en realidad y que lo están manteniendo vivo en el día a día. El proyecto Guggenheim ha sido el reflejo de un país que sabe colaborar. En este proyecto participan las instituciones, patronos, los amigos y amigas del museo. Este ha sido un ejemplo de trabajo compartido con el que Euskadi se ha convertido en referencia internacional.

Hoy Euskadi mira al futuro y queremos reafirmar que vamos a seguir trabajando juntos por un país comprometido con la cultura y la innovación, una Euskadi Basque Country más abierta al mundo. Un país que ha demostrado capacidad para proteger e impulsar sus propias señas de identidad, su cultura y la creatividad artística que aquí se ha generado. En esta labor agradecemos la aportación del Museo Guggenheim que nos ha permitido avanzar en la difusión de la cultura y el arte vasco en el mundo. Y este aniversario nos permite reafirmar nuestro compromiso con seguir impulsando la internacionalización de las y los artistas y creadores vascos.

Termino poniendo en valor el acuerdo firmado entre las instituciones vascas y la Fundación Guggenheim. Un acuerdo ambicioso asentado en una trayectoria exitosa que nos compromete a seguir trabajando juntos para que este museo siga ganando vitalidad, arraigo y atractivo, tanto en Euskadi como en el mundo.

Eskerrik asko Guggenheim eta zorionak!