Ahora que el final de la Liga se acerca, ahora que los grandes miran hacia el título de la regularidad, ahora quelos aspirantes a los puestos europeos apuran sus opciones, ahora que los más perezosos ven como el castigo del descenso se cierne sobre sus cabezas, ahora, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) nos machaca con ese anuncio que dice que Cuando aparece la piratería, el fútbol desaparece. Se refiere el ente que organiza la mayor competición en este país, la que más dinero mueve, al hecho de que existen plataformas digitales que se dedican a piratear los partidos de fútbol que los canales de pago ofrecen cada jornada. Dicen los rectores del fútbol que esos piratas generan la huida de los campos de fútbol de las estrellas, de los fichajes, de los patrocinadores... Y que todo ello encadenado y concatenado provocará que el fútbol desaparezca como espectáculo. No se han parado a pensar los encabezados por Javier Tebas, el presidente de la LFP, que esos mismos canales de pago que tanto dinero dan a los clubes son los mismos que están acabando con la presencia de aficionados en los terrenos de juego. El paulatino descenso de asistencia de espectadores a los campos sí que debería ser un quebradero de cabeza para los rectores de la Liga. La locura de los horarios, en jornadas que comienzan los viernes y finalizan los lunes, también contribuyen a la deserción. Pero ese dato no lo quieren ver. Es mejor echar las culpas al maestro armero. Hasta que la LFP no siga el ejemplo de la Premier League no tendrá remedio. En Inglaterra también hay piratería, pero los campos se llenan. Ahí es donde el negocio se perpetúa. Con estadios llenos el fútbol no desaparece.