Euskalherria y Cataluña están fuera de lo común. No son vulgares. Son conjuntos fantásticos que nadie los va a comprar, porque no están en venta. No se venden a las rebajas, a no ser por el Sr. Mariano Rajoy. En España las autonomías suspiran en su mayoría por ser corrientes, por no distinguirse. Ponen tanto empeño en que nadie se distinga, que a Euskadi la quieren rebajar de facultades y de sus prerrogativas como la lengua, y de sus buenas maneras como los fueros, de su elegancia como el Athletic. Euskadi se diferencia por los resultados de sus escolares, por el número de emprendedores, por el riesgo de sus industrias, y no solo por su historia y geografía. Euskadi muestra particular estimación por los enfermos y por los emigrantes, y se caracteriza por la transparencia,el trabajo,y la palabra dada. Lo cual no la impide mirar por los demás, solidarizarse y considerar a todos por igual, porque tiene un espíritu, un pneuma universal. ¿No podrían los demás hacer el favor de no ser vulgares, de no dejarse llevar por lo que ordene Madrid, el amo del rebaño? ¿Qué hay de malo en autodefinirse? Me dicen que les gustaría que yo llevara algo por lo que la gente no me mirara especialmente, pero yo no me tengo que avergonzar por ser quien soy. Y otra cosa, a mí me gustaría que todos tuvieran confianza en sí mismos. Otro detalle interesante es que existe gente que tiene un pneuma, algo congénito, para restar méritos a los esfuerzos de cualquier persona por salir adelante y que trabaja.
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