La re-fundación de Labayru
HOY, jueves 16 de abril, tiene lugar en la Sala BBK de la Gran Vía de Bilbao el acto de presentación oficial del proyecto Bide barriak por parte de Labayru Fundazioa. Una nueva generación de investigadores, profesores, escritores y académicos ha tomado el relevo a quienes pusieron en pie y promovieron Labayru Ikastegia.
Labayru, que desde su creación nació como fundación, cuenta con un largo recorrido de más de cuarenta años de existencia. Nació durante el franquismo y heredó el espíritu fraguado en los estudios superiores del Seminario de Vitoria.
Este aliento lo recibió fundamentalmente de tres figuras señeras de la cultura vasca: José Miguel de Barandiaran, en el ámbito de la antropología y la etnografía; Manuel de Lekuona, en la lengua y literatura vascas; y Andrés E. de Mañarikua, en lo que atañe a la historia y a la biblioteconomía.
La semilla de Labayru germinó a comienzos de la década de los 70 en el Seminario de Derio, y adquirió soporte jurídico y estatus legal en 1977, fundamentalmente por obra de dos personas: el obispo Antonio Añoveros, que demostró tener una gran sensibilidad social y cultural; y su obispo auxiliar, Juan María Uriarte, siempre vinculado a los quehaceres culturales del pueblo vasco.
El campo de actuación por excelencia de Labayru es el euskera, en su doble dimensión de lengua y literatura vascas. Su gran aportación fue la creación de los Cursos de Euskera de Verano de Derio, conocidos como Derioko Udako Euskal Ikastaroak y extendidos a otros cursos a lo largo del año en numerosas localidades vizcainas. Mediante este método de enseñanza se escolarizó a toda una generación de andereños y profesores. Más de 12.000 alumnos pasaron por sus aulas y fueron instruidos en lengua y literatura vascas. Las ikastolas estaban necesitadas de esta atención y en el momento en que nació Labayru no había otras instituciones dedicadas a esta labor, que surgirían tiempo después.
Labayru vio desde sus comienzos la necesidad de elaborar textos propios de enseñanza del idioma, dado el páramo que en este campo existía en el país. Así, inició las colecciones de su catálogo de métodos de enseñanza y obras clásicas y modernas comentadas y con estudios introductorios que hoy día alcanza más de 300 títulos.
También creó Labayru un departamento de traducción directa e inversa, que imparte cursos de traducción, traducción simultánea e intérprete, cuya demanda ha crecido en los últimos años.
En 1995 se celebraron las bodas de plata del Ikastaro de Labayru como homenaje a las tres figuras impulsoras de la institución: Karmelo Etxenagusia y Mikel Zarate, ya fallecidos, y Ander Manterola. Una publicación da cuenta de la labor realizada en ese tiempo (Derioko Udako Euskal Ikastaroa 25 urtean, 1970-1994. Labayru Ikastegia eta BBK Fundazioa, Bilbao, 1996, 557 pp.).
La particularidad más descatable de Labayru es el haber sabido crear un método de enseñanza que ha primado el lenguaje hablado. Y esto lo expresa uno de sus lemas más conocidos: “Dakigunetik ez dakigunera” (De lo que sabemos a lo desconocido).
Sus frutos más importantes son el Diccionario Labayru euskera-castellano y castellano-euskera, orientado primordialmente, aunque no exclusivamente, a las necesidades de los vascohablantes vizcainos, y el Diccionario Fraseológico Labayru.
Otro campo de actuación es el de la etnografía. El magisterio de Barandiaran alertó a Labayru de la necesidad de registrar los modos de vida, la casa y la familia, los oficios y las artesanías... habida cuenta de la enorme transformación cultural que se estaba produciendo a partir de los decenios 60 y 70 del siglo pasado.
Para trabajar la etnografía resulta imprescindible recoger los testimonios de las personas que han vivido esos acontecimientos, pues una vez fallecidas se pierde un enorme tesoro de patrimonio inmaterial, que de lo contrario se convierte en historia fosilizada.
Barandiaran creó los grupos de investigación etnográfica en todo el territorio de Euskal Herria, encomendando a Labayru la redacción y publicación de las investigaciones de campo realizadas, que se han concretado en la edición del Atlas Etnográfico de Vasconia del que hasta el momento se han editado siete gruesos volúmenes. Cada uno de los tomos da una visión temática de la cultura tradicional referida al siglo XX, con una actualización referida a las transformaciones que se están produciendo.
Esta labor de campo se completa con bibliografía, para lo que Labayru cuenta con una biblioteca de temática vasca con más de 70.000 títulos y que está clasificada por el Gobierno vasco como “centro de riqueza bibliográfica”. Juntamente con la biblioteca se hace necesario destacar el gran número de folletos, carteles, archivo fotográfico y de vídeos y el fondo documental con que cuenta la fundación.
Otro hito en el camino de Labayru fue la celebración de los 25 años de historia de la institución, que tuvo lugar en 2002. Tres publicaciones recogen la historia, conferencias, actos y exposiciones que se celebraron con tal motivo tanto en el Palacio Euskalduna como en los locales de BBK. (XXV Urteko Bidea 1977-2002, Eleizea eta euskera, editadas en 2002 y XXV. urteurrena 1977-2002 Ospakizunak, editada en 2003)
¿Por qué el título de este artículo? Porque la nueva generación de responsables y trabajadores necesita mirar al futuro y atender y responder a las nuevas necesidades en el campo de la enseñanza y la investigación. Los antiguos y los nuevos alumnos están mayoritariamente alfabetizados, pero presentan otras carencias, a las que Labayru trata de dar respuesta.
Las nuevas tecnologías deben tener entrada y formar parte en la difusión de la lengua y la cultura vascas. Labayru ha adaptado su estructura a los nuevos soportes en formato de vídeo, cuelga en Internet sus producciones, dispone de página web que actualiza periódicamente, cuenta con la revista digital Labayru Gaur para comunicar las noticias puntuales en cuanto se producen, etc.
Labayru ya era una fundación cultural sin ánimo de lucro desde su creación, pero ahora ha incorporado esta seña a su denominación, ya que en adelante se le conocerá como Labayru Fundazioa.