Hola de nuevo Nico. Antes que nada quiero que sepas que me he llevado una grata sorpresa. Siempre se dice que el partido no se acaba hasta que el árbitro pita el final y es verdad. Lo que para muchos creíamos que era un simple formalismo, que el Barcelona pagara tu cláusula de rescisión, ha acabado siendo una bofetada con la mano abierta. Sí, Nico, me alegro profundamente que hayas aceptado renovar con el Athletic hasta 2035 y, por qué no decirlo, con ello, dejas plantado -como a un adolescente con traje en la puerta del baile- al Palancas F. C. Joan Laporta y Deco llevaban semanas lanzándote guiños. “Con Nico vamos a intentarlo”, “lo más importante es que jugadores como Nico quieren venir. Son gente buena, que tiene hambre y ganas de seguir triunfando”. Traducción: Lo queremos, pero no sabemos si podemos pagarte. Y mientras tanto, en Ibaigane, a lo suyo. Silencio, trabajo y convicción. Sí Nico, porque en Bilbao, cuando uno se siente querido y valorado, cuesta muy poco firmar en una servilleta. La realidad es que has elegido fútbol antes que humo. Continuidad antes que confusión. Y, sobre todo, has elegido un proyecto donde no tienes que esperar a que se vendan cromos para poder inscribirte. En el Athletic no hay palancas pero sí palabra. Qué cosas. Ahora bien, espero que hayas decidido quedarte de corazón y no por despecho. Porque eso, Nico, nunca te lo perdonaríamos.