Escocia escuece
Muchas son las interpelaciones que los políticos de turno llevan haciéndose últimamente. Por una parte Escocia ha tenido, porque así se lo han otorgado desde el Parlamento Británico, la facultad del derecho a decidir y así lo ha cumplimentado el 18 de septiembre.
Antes y después de la fecha de la convocatoria, muchos han sido los portavoces políticos de uno y otro signo político que han elevado la voz para explicar su posición. Por lo que han dejado traslucir en dichos discursos o mensajes es que escuece.
En la Europa de los siglos XV y XVI se van a producir unos cambios que conllevarán al fortalecimiento de las monarquías y a las conquistas de nuevos territorios. Era el principio de la Edad Moderna, hagamos el símil correspondiente, en el siglo XIV época de carestías económicas, falta de mano de obra, subida de precios, recorte de beneficios y por tanto incremento del poder de los señores feudales.
Hoy, siglo XXI, estos señores feudales, casta política , ha sentado sus reales en los Parlamentos, y trabajan denodadamente para suprimir e restar derechos, educativos, sociales y sanitarios. Motivo por el cual escuece que los pueblos se posicionen a favor del derecho a decidir y se comience a tambalear y a debilitar ese castillo feudal europeo creado en los siglos anteriores.
Ya llevamos de un tiempo a esta parte que se presentan estas demandas soberanistas conjuntamente con los casos de creación de nuevos estados en Europa: Bosnia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Kosovo, Letonia, Lituania, Macedonia, Montenegro, Ucrania; unanueva oleada ha comenzado surgir de sociedades europeas con minorías territoriales que presentan demandas de derecho a decidir, de su autogobierno y de reforma institucional: Catalunya, Escocia, Euskadi, Flandes, Groenlandia, Irlanda del Norte, Córcega.
Se nos indica desacertadamente que aquí, en Euskadi, no podemos quejarnos, pues no hay otro país en Europa que tenga semejante nivel de autogobierno del que gozamos los vascos. Pues bien, para todos los agoreros, indicarles como dice la canción “todos y todas queremos más, y más y mucho más...”.
La respuesta estatal es completamente diferente en Catalunya y Euskadi, donde no solo no se produce un reconocimiento explícito de la identidad nacional distinta, sino que se postula la existencia de una única nación española. Lo que nos lleva a decir que es aquí donde la cuerda se está tensando más y más y escuece.