Los que se consideran vasquistas admiten cierta unidad de las tierras vascas, la mayoría como región y algunos pocos en algo más, pero siempre dentro de la unidad de España. Es decir, son amantes de un pueblo con sus tradiciones, su lengua, su cultura vasca, pero sin ningún deseo que un día se le pueda reconocer como nación y mucho menos como Estado.

Ahora que está de moda la independencia de Cataluña, se habla como el fin del catalanismo, entendiendo por él en un regionalismo, autonomismo o federalismo. Es muy normal en la prensa madrileña el definir a algunos nacionalismos como moderados, diría yo light, es decir, que viven cómodamente en España, y a otros el radical, es decir, el intransigente, cuando yo diría el fiel a sus raíces.

Debemos diferenciar bien lo que quiere decir navarristas, vasquistas y catalanista, o bien nacionalistas, regionalistas o amantes de su tierra chica. No es lo mismo el concepto de nacionalismo que tienen los de la Chunta Aragonesa, los de Coalición Canaria, los del BNG, que otros que su fin es formar un Estado propio.

Los de Nafarroa Bai se declaraban vasquistas supongo para distinguirse de los invasores y traidores a su patria, cuyo concepto no es encontrar la verdadera identidad navarra, sino la oposición a aquellos navarros que se consideren vascos. Vasquista también se autodenominan los socialistas de la CAV, donde su política se basa en un posnacionalismo, de tendencia vasquista, libre de cualquier determinación nacionalista. No me gusta lo de vasco españolista, ni español vasquista. Suena a folclórico para unos y traidores a su pueblo para otros.

No debería haber navarros navarristas, ni vascos vasquistas, ni catalanes catalanistas. Navarristas, vasquistas y catalanistas son los falsos navarros, vascos, y catalanes o bien aquellos españoles que los admiran.

José Luis Latasa Loizaga