Edificio San Nicolás del BBVA. 22-X-2013. Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea de la Fundación BBVA. Trío Arbós. Obras de Arpeghis, De Pablo, Hosokawa e Ives.

lleva tiempo el Arbós consolidado como uno de los grupos europeos más destacados en la interpretación de la música actual, y el martes, en el segundo concierto del IV Ciclo de Música Contemporánea de la Fundación BBVA, volvió a demostrar que lo merece con creces. Con raíces en la sonata a trío implantada a comienzos del siglo XVII, el trío con piano sigue siendo hoy un espacio de experimentación, de búsqueda de nuevos equilibrios, de nuevas sonoridades, de nuevas formas de hacer música. Si se siguen componiendo tríos es fundamentalmente porque hay grupos como el Arbós, que los estrenan, los tocan en los festivales más importantes e incluso los graban, pero también porque hay fundaciones que, como la del BBVA, tienen la valentía de encargarlos.

Lo complicado, eso sí, es que esos encargos se acaben materializando en obras con capacidad de sobrevivir al paso del tiempo, y no parece fácil que eso pueda pasar con la obra que abrió el concierto, el Trío (2012) que Georges Aperghis escribió para el Arbós por encargo precisamente de la Fundación BBVA. El compositor habla de contrastes, de energías precarias, de estados que oscilan entre el comedimiento y el paroxismo, sin que en una primera audición la música hable con verdadera claridad. Lo mismo se puede decir del Trío nº 2 (2007) del bilbaino Luis de Pablo: la idea de la tercera menor como columna vertebral sobre la que se construye la pieza se pierde desde la perspectiva de sus movimientos internos. En cambio, el Trío de Toshio Hosokawa (2013), otro encargo de la Fundación BBVA, muestra desde el primer momento la poderosísima imaginación musical del compositor japonés, con sus juegos de polos opuestos y su empleo del piano como imagen de un universo en el que la armonía reina sobre el caos.

El Arbós reservó para al final del concierto una obra muy anterior a las otras, pero para nada menos sorprendente, pues el Trío con piano (1905) de Charles Ives sigue siendo una obra plenamente actual en sus choques de disonancias, en sus resonancias populares, en sus matices posrománticos y en sus insinuaciones polirrítmicas. ¿Quién le iba a decir a este gran compositor norteamericano que su música, prácticamente desconocida en su momento, se interpretaría con absoluta normalidad más de un siglo después? Se ve que las raíces de futuro están donde menos se esperan, y por eso, aunque no siempre seamos capaces de entrar en ella, tiene sentido seguir creyendo en la música contemporánea.