Como dice un anuncio de un banco por internet, lo que hoy voy a contarles podría no interesarles. Y es que no son muchos -más bien son pocos- los que hoy por hoy sintonizan una frecuencia de Onda Media para escuchar la radio. ¿Que por qué les cuento esto? Pues porque hace unas horas, esta pasada medianoche, las emisoras del grupo EITB han dejado de emitir en Onda Media. ¿Y que nos importa esto -me dirán ustedes- si podemos seguir escuchando esas mismas radios a través de la FM? Pues nada -les contesto yo- a no ser que vivas en un valle sin cobertura o que seas un apasionado y un romántico de la radio, que haberlos los hay.

Son gente que puede contarte con un entusiasmo desmedido como las ondas de radio van rebotando por las capas de la atmósfera para llegar lejos, muy lejos. Como, cuando se hace de noche puedes llegar a oír emisoras que emiten desde miles de kilómetros. ¿Que para qué? se preguntan ustedes, y yo también. Y ellos con cara de "pero que atrevida es la ignorancia" van y te dicen que si te acuerdas de cuando aquí no había libertad para contar lo que sucedía, y de que había emisoras como Radio Moscú, la Pirenaica, Radio París o como aquella primera Radio Euskadi, que desde cientos de miles de kilómetros nos contaban lo que ocurría a la vuelta de la esquina. Emisoras que emitían en Onda Media u Onda Corta, que se escuchaban de noche, no por una cuestión de alevosía y nocturnidad, sino por cosas del rebote de las ondas y de la difusión de la señal. Emisoras que tenían sus estudios en la lejana Venezuela, en Bucarest, en Tirana, en Andorra o en la Unión Soviética.

Emisoras como Radio Vitoria, la histórica EAJ 62, que ayer apagó su señal de Onda Media. El 1602 de OM, banda desde donde comenzó a emitir hace casi ochenta años. Una frecuencia que anoche nos dijo adiós con ese ya clásico "ha transmitido Radio Vitoria".