Del Junkers y Canalejas a Gure Ametsa
lA sociedad Gure Ametsa de Bergara cumple sus primeros 40 años de historia. No es, evidentemente, la más veterana del pueblo, pero sí la más activa. Enclavada en el corazón del barrio San Antonio, este txoko es puro dinamismo. Existía en el lugar un bar llamado Canalejas en el que históricamente se reunían los republicanos bajo la maqueta de un avión Junkers alemán que fue utilizado ocasionalmente como bombardero en la Guerra Civil española. Un aparato que volaba el techo del Canalejas cuando alguien invitaba a la ronda, es decir, de ciento en viento. El nido rojillo se cerró hace años y con él se fueron mil historias clandestinas. Se salvó una pintura al óleo, de Simón Arrieta, que plasmaba un característico rincón del barrio, con la presa del río y la Torre de Gabiria (linaje del siglo XIII). Pero como en esa taberna nada quedaba sin retoque, se plasmó en el cuadro la figura de un conocido vecino saludando al bombardero en pleno vuelo. Las gentes de Gure-Ametsa han querido reproducir en esta etapa el cuadro de Simón Arrieta, santo y seña de aquel ambiente republicano y contestatario de la dictadura. El dueño de aquel bar Canalejas, tras una reforma, quiso poner por nombre al establecimiento Aéreo club, pero la tozudez pudo más que el anhelo del dueño y la clientela siguió llamándolo Canalejas en honor al viejo político liberal de la II República. Gure Ametsa, que ha recibido a futbolistas y ciclistas de élite, escritores, economistas, políticos o toreros, continúa en pie de guerra pese a las circunstancias que aprietan hoy a casi todos.
Este txoko de barrio mantiene la mirada al frente intentando aprender del pasado para consolidar el presente y mirar al futuro. Aquel avión al que Pedro Muruamendiaraz, Gaberixa, saludaba txapela en mano, significó claramente el paso a otra etapa, a una fase con bríos renovados, tesón y constancia para decir bien alto que este barrio, su pequeña ermita y Gure Ametsa no se rinden.