Talleres Negarra, dedicada a la fabricación de chimeneas de acero inoxidable, conductos esmaltados de evacuación de humos y gases y termos eléctricos, lleva en huelga indefinida desde el 16 de abril, decretada sin el consenso ni el voto de los trabajadores a causa del ERE de extinción inicial de 59 trabajadores (a día de hoy serían 40). Esta huelga está llevando de manera trágica al abismo al resto de la plantilla (más de 130 personas).

Después de los días transcurridos y con varias reuniones realizadas entre empresa y comité, se ha llegado a rebajar esa cifra inicial hasta 40 trabajadores y la indemnización ha pasado de 20 días por año trabajado a 30 días. El comité sigue sin aceptarlo.

¿Quién o quiénes están interesados en que esta huelga sin sentido continúe? El pasado 9 de junio se ha intentado una votación para lograr conocer cuál es el sentir de la mayoría pero ha sido imposible: dicha votación ha sido abortada por la parte más beligerante de los trabajadores aduciendo que "o entramos todos o cerramos la empresa". Ante esta tesitura y bajo continuas amenazas, coacciones e insultos a las personas que no opinan como ellos, el comité se plegó a estos "demócratas compañeros" y suspendió la votación.

¿Por qué tienen miedo a una votación? ¿Existen trabajadores que no quieren entrar a trabajar por temor a ser los próximos finiquitados o por temor a perder ciertos privilegios? Está claro que estando en la calle, todos seremos finiquitados. No creemos que el sindicato dominante, CC.OO. (8 de 9 delegados) esté defendiendo a la mayoría dado que los afectados por el ERE ya han cobrado sus indemnizaciones mientras que el resto llevamos dos meses sin cobrar nada y con expectativas de continuar en esta manera.

La dictadura de unos pocos no nos puede dejar indiferentes y, ante tales desmanes, los trabajadores que queremos entrar a trabajar nos debemos de unir y exigir explicaciones claras y concisas a un comité que nos ha abandonado de manera absoluta y nos ha puesto a los pies de los caballos, además de seguir las directrices, no sabemos si de un sindicato que solo busca su éxito a costa de Negarra o de otros trabajadores que solo están buscando mantener su status laboral y económico dentro de la empresa.

Todos sentimos lo ocurrido a nuestros compañeros, pero no queremos vernos en la misma situación. Por eso, intentamos volver a nuestros puestos de trabajo pero nos lo impiden las amenazas y actos violentos por parte de los que tienen como discurso solidario "si yo me voy, que se cierre la empresa".

En resumen, un conflicto laboral único, con matices drásticos en cualquiera de las direcciones que se tome, con una mediación inexistente, con una gerencia que no ha tenido recursos, con unos representantes laborales sin conocimientos ni asesoramiento adecuado, un conflicto impregnado de violencia, sin apoyo por las administraciones, sin interés informativo para los medios de comunicación, y, como consecuencia, con un final que se vislumbra muy triste.